MADNESS IN MY MIND

MADNESS IN MY MIND
by Joseph Epitie

miércoles, 16 de marzo de 2011

Al Este de la campana de Gauss

Todo comienza en la concepción, en el crucial y decisivo reparto de genes que determinarán tu personalidad y gran parte de tu destino en tu vida en el planeta que te espera con los brazos abiertos. Naces y..., antes de cumplir los dos añitos en el planeta Tierra destacas por tu capacidad deductiva y tu precocidad a la hora de hacer las cosas. Todo marcha bien hasta que llega la criba del colegio..., ese lugar en el que todos estais mezclados, ese lugar en el que los profesores, segun su forma de enseñar, de ver mas alla y "leer" a los niños entre sus lineas formarán parte del aprendizaje y del futuro de los pequeños. Al principio todo parece nuevo, va bien todos tan simpaticos tan parecidos tan agradables... pero al poco, ves que todo es repetitivo y continuo, el run run te rodea y entonces para no estancarte y diluirte decides avanzar, más rápido, más lejos pero ahí esta el profesor, que para no romper la homogeneidad del grupo o para no tener que cargar con alguien como tu, venido del Este de Gauss, te dice que has de seguir el ritmo de los demas, que eres pequeño, que ya llegaremos, que no te adelantes, que le rompes la clase. A partir de entonces ves como llega la monotonía, el aburrimiento y la apatía porque cada día, una vez más, no hay nada nuevo bajo el Sol. Este es un momento fundamental para ti, pueden sucederte dos cosas: la primera es que los profesores se den cuenta, actúen en consecuencia, certificando tu procedencia y te coloquen en donde demanda tu ser, entonces, se hace la luz, el camino se allana y toda tu trayectoria es prácticamente un paseo militar; la otra posibilidad..., es que nadie se percate (que si, se percatan, pero no quieren hacer nada por no causarles trabajo, por no romper el ritmo), que sigas en la clase, que pasa a ser una simple caja vacía, gris..., te sientes fuera de lugar, un puma negro en un paisaje nevado, el aburrimiento se acentúa, pero sales con vida. Creces, y contigo la apatía y el aburrimiento, junto con tu cercana adoslescencia se crea un cóctel altamente peligroso, lo que hace que al entrar en un instituto, que es un lugar como el colegio pero mas grande, te intentes camuflar, o mostrar cierto interés por algo, empieza bien, pero al poco vuelve esa sensacion de repetición y monotonía, de oir una y otra vez la misma canción... esta sensación es comparable a la de que un chico de 2º bachiller, le pongan a estudiar 4º de ESO. Como estas en un instituto y no en un colegio, pues te conviertes en el rarito, a veces la gente, confundida por los medios te asaltan a preguntas, a las que tu sin mas, te ves obligado o a responder o a no responder, sea cual sea lo que salga de tus labios seguirá el cartelito contigo, o no... quien sabe. Lo cierto es que la notita, aquel maremagnum de numeritos que te catalogan como listo o tonto baja considerablemente, de forma alarmante, lo que automáticamente, la simpatia del profesor hacia ti se vea modificada y simplemente te vea como un rebelde, anarquista y lo que es peor, como un tonto. Esto hace que te dejen junto a la homogeneidad del grupo, en la que te disuades como puedes, creas tu mundo en el que te abasteces a ti mismo y vives al margen del vetusto cubíl en el que te ves encerrado por seis horas al día, quieres comunicarte, lo insinuas con tu cara, tus gestos, tu estado de ánimo..., pero nada. Quieres comunicarlo a alguien que este en tu situación, pero sois tan pocos..., y tan dispersos..., a simple vista es imposible reconoceros los unos a los otros asi que te ves abocado a la soledad, una soledad que va en aumento, te consume el estar asi, la tristeza te embarga, tanto por dar y tan desperdiciado..., gente ha muerto por ello y no con poca razón, por no recibir aquello que tanto ansiaban y que tan fácil era de ofrecerles, otros deciden abandonar, tanto tiempo cortándoles las alas decidieron no volver a volar nunca más, otros, lograron lo que querían, no sin tremendas dificultades, tarde y a trompicones pero... lo consiguieron, estos, al preguntarles por su vida, siempre analizándo entre líneas se intuye, se ve que el sistema, eso que nos forma de manera académica y social, arropa más a los que son del Oeste y del centro de la campana, pero a ti, que eres del Este... que puede que lo necesites tanto o más que el resto, te dejan solo y desamparado, "como son mas listos que se lo curren solos, que sean como el resto", pero no, ese mito es falso, se equivocan conceptos y ocurre lo que ocurre, vidas fracasadas, hundidas en la miseria o incluso segadas en quien sabe que tramo de vía o acantilado. Decidí hacerme un mundo paralelo al que vivo, para no acabar en la miseria y depresión, para no morir de asco al levantarme cada mañana y ver los colores grises, por no volverme loco de soledad, un mundo el cual me atrae por su magnitud, su misterio, su capacidad informativa pero... caótico, casi ni yo mismo lo controlo, como no encuentro lo que busco estoy constantemente triste e infelíz, aparentemente nada logra encender mi hornillo de la felicidad, me resigno cada día, a pesar de ahora perder absolutamente la confianza en el sistema busco la forma de ser felíz, aunque casi casi sea una utopía. Esto lo escribí ahora, que se como es ser y pertenecer (por más suerte que por desgracia) al Este de la campana de Gauss

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