MADNESS IN MY MIND

MADNESS IN MY MIND
by Joseph Epitie

viernes, 16 de noviembre de 2012

Mi coincidencia favorita

Cuando algo empieza mal suele acabar peor, hay cosas que penden de un hilo...alguien a quien quieres o incluso a alguien a quien apenas conoces, al final el condicional es el que vale.
Ya no creo en el Destino, creo que tenemos más control del que creemos y que cada acción tiene su reacción, después de todo, el más mínimo acontecimiento, incluso una mariposa en el batir de sus alas puede cambiarlo todo, a veces para mejor...aunque al principio no lo parezca.
Es curioso como un acontecimiento aparentemente insignificante puede desencadenar todo. Algo nimio puede convertirse en algo importante.
 
Y tras todo esto, lo más importante, aprendes a aceptar que hay cosas que no están en tus manos y aunque todo parezca o salga bien no puedes evitar mirar hacia atrás y pensar ¿Y si las cosas hubiesen ido de otro modo?

viernes, 25 de mayo de 2012

Mi choque favorito

Conocemos a las personas... con frecuencia nos enamoramos. Este contacto con la gente hace que las conozcamos mejor, sepamos sobre ellas y demás pero, llega el momento de la separación y seguimos encontrándonos a mas personas en nuestro camino.

See full size imageComo en una máquina de paintball tras un contacto con ellas salimos rebotados en otra dirección, y de ese contacto nos quedan cicatrices, a veces para hacernos más fuertes, o más frágiles, más desconfiados, más vulnerables pero, siempre dejan huella.
Los amantes a pesar de habernos separado siempre están ahí en nuestro interior, como  fantasmas, que se aparecen en un pasillo o habitación vacía, a veces para susurrarnos y otras para gritarnos pero no desaparecen nunca.

viernes, 27 de abril de 2012

Mi profesión favorita: Hoy soy médico y mañana soy ingeniero

Estaba en la biblioteca de la facultad, intentando centrarme en el complejo exámen de inmunología que me acechaba desde el horizonte pero la mente se me perdía en los múltiples afluentes de problemas que tenía en torno a mi. Así es complicado focalizar la concentración. En esto estaba cuando de repente recibía un escueto mensaje al móvil de la amiga de mi madre "No operan a tu madre", me sorprendió bastante, asi que salí de la biblioteca y me fui tan rápido como me llevasen mis pasos a la residencia de Valdecilla, llegué y encontré que estaban pasando consulta los médicos, todas las visitas de los enfermos se hallaban deambulando nerviosos en los pasillos y las dudas e incertidumbre adornaban la estampa. Tras varios minutos de conversación y conocer la situación entramos en la habitación y una vez dentro encontré a mi madre cariacontecida porque nmo la intervinieron, nos comentó lo que ocurría, en ello estábamos cuando apareció el médico cirujano y la enfermera.

La explicación no daba lugar a dudas, el riesgo de la operación era alto, muy alto y dadas las circunstancias de la paciente y a pesar de que para erradicxar el problema era necesaria la intervención tambien estaba la posibilidad de que la Naturaleza (sabia ella) haga su parte y por entonces se aliviara el problema pero que de mientras habría que aguantar y vivir con ello.
Por suerte quien esto escribe andaba provisto de lápiz y papel, costumbre ya habitual en tiempos en que recorría los caminos en la noche en busca de estrellas y cometas. Uno nunca sabe donde aparece la historia o donde llama la inspiración a tu puerta. Ya en la habitación sentado en la silla de la habitación me puse a anotar y dibujar un esbozo de lo que sería esta publicación pero... no adelantemos acontecimientos.
Así estuvimos dialogando unos diez minutos hasta que la inicial indignación dió lugar a una posterior aceptación, algo asi como pasar los Cinco Estados del Duelo en un momento. Ya as medida que el médico iba dando datos específicos y demás, yo, estudiante en temas de la salud iba afirmando tranquilizador si bien no con gestos si mentalmente. Los riesgos esbozados en mi mente el docente los pinceló y plasmó en el lienzo de la disertación. Y este, ya animado con que las expolicaciones eran asimiladas se "desahogó" algo cambió ligeramente el tercio de la charla, quizás fuera el día de su vida, o sencillamente fue un pequeño ejemplo para clarificar las cosas pero el caso es que las cosas fueron así. Habó de las triquiñuelas y argucias que la gente lleva a cabo, que "si me voy con este médico para que me recete poque el otro no me atiende que yo se lo que necesito", que "porqué no me trata este médico", "que si a mi me viene bien esto porque me dan esto otro", y así muchas. Dijo el, no yo, y cito textualmente: "La gente es muy lista, que hoy ya sabemos de todo, ven la tele y ya lo saben todo, que enciendo yo la carrera de F1 y sale Fernando Alonso hablando de que el coche tiene esto y lo otro y ya somos expertos en la F1, pero que lo veo y no tengo ni puta idea del coche de Fernando Alonso, solo se que tiene cuatro ruedas, y punto". Ole sus cojones pensé, a pesar de todo lo médico que es, de todo lo que sabe, la constelación de parámetros y variables que controla sobre cada persona que trata el, conocedor del cuerpo humano como nadie, reconoce que no tiene ni puta idea.

Las carreras y profesiones frustradas aquí en España la gente las saca en la tele, eso se sabe de siempre, puede ser solo una pequeña rabieta del doctor pero reflejó de manera rotunda lo que todo el mundo hace, y cada día esto va a más, hablar de todo cual expertos en la materia se trate. ¿De fútbol? Das una patada y salen decenas de "entrenadores" hablando de fútbol, a día de hoy este opio del pueblo con el que todos estamos infestados ya casi casi si no lo hablas y sobretodo si no lo manejas desde la experiencia de alguien que se ha sentado frente al sofá o bar horas viendo partidos pues eres un bicho raro. Luego ya en otros campos como la F1 o la Medicina tenemos a millones de ingenieros de túneles de viento y diseñadores de modelos novedosos, enzarzados en discusiones de los coches del Alonso, Hamilton y la madre que les parió, que si el coche lo prepara el (como si son uno más del equipo Ferrari para verlo...). En cuanto a las carreras de Medicina poniedo los jueves en Cuatro House M.D. todos los capítulos los canjeas por un título. Hoy en día ya todo el mundo sabe tratar y diagnosticar desde un Lupus hasta una leucemia pasando por cáncer, Huntington, fibromialgia, ELA... De hecho ya empiezo a sentir nauseas recordando las situaciones en que me han rebatido cuestiones tácticas de futbol, es que yo, tonto de mi, me puse a comentar inocententemente una jugada con alguien que al atesorar 5 años leyendo el MARCA y viendo Deportes Cuatro ademas de múltiples partidos en la Sexta y estar pendiente de rumores en mentideros. Voy a subir a casa del vecino para que me recete algo, es una eminencia, ha visto las diez temporadas de Hospital Central, la serie Urgencias desde que el sobrevalorado George Clooney salía en ella (cuidado que este tío, mi vecino es un doctor muy refutado). Aunque ahora que lo pienso creo que con 5mg de Haloperidol son suficientes, lo vi la semana pasada en Anatomía de Grey.

sábado, 14 de abril de 2012

Mi chat favorito. " - Tqm! - No me quieras tanto."

Como suele ocurrir con estas cosas, la vida te suelle llevar por derroteros distintos a los que compartías con amigos, familiares y demás, para no merder el contacto con ellos y saber sobre su vida te comunicas con ellos de vez en cuando.

El caso es que una temporada atrás intercambiaba mensajes vía internet, móvil... llamadlo como queráis. El caso es que era -y es, porque aún no se ha muerto digo yo, le escribiré luego para cerciorarlo- una persona por la que sentía cierto aprecio y hacía muchas fechas que no coincidíamos. No soy un prodigio en el género epistolar pero en mis correos siempre había una despedia con un "espero nos veamos pronto", "se te echa en falta", "abrazos enormes" y distintas muestras de respeto, admiracion y cariño a los que al abrir yo mi correo electrónico, móvil o llamadlo como queráis, tenía mensajes del mismo estlo y siempre aparecían los entrañables y graciosos "smiles" o emoticonos reforzando los sentimientos mutuos.
La ansiada cita, quedada llegó, como no soy persona de lugares cerrados preferí escoger el aire libre, en el que el espacio a descubrir no está limitado a una mesa, murmullo y una humeante consumición. Para qué voy a engañaros, los reencuentros después de un porrón de tiempo son intensos, alegres, emotivos, cómplices... Tras un efusivo saludo tocó hablar de como habían trascurrido nuestras vidas sin tanto tiempo juntos, sin estar sentados en un banco al lado del otro riéndonos de nosotros mismos y de los problemas. La gran fluidez y verborrea desprendida por el primer contacto dió paso a un relajamiento e intercambio agradable de conversación en que las risas y las exclamaciones fueron la tónica dominante, fue entonces cuando me percaté de algo que al principio no le di importancia alguna pero a medida que fue acentuándose se hizo más y más evidente. Ese "tilin-tilin" que sonaba de su móvil y que respondía rara vez, se disculpabla amablemente, contestaba rápido, guardaba el aparato y al poco rato volvía ese "tilin-tilin", volvía a cogerlo y se repetía esto, cada vez fue mas frecuente el sonido del movil, pero no cogía tanto, yo pensé para mis adentros (cógelo que te vas a morir de ganas de darle al bicho...) y cada vez las conversaciones fueron mas interrumpidas, mas cortas hasta el punto que sin ningun reparo tomó ya con ganas el dichoso móvil y entabló conversación/es , y las tímidas sonrisas dieron lugar a carcajadas y a comentarme lo que le decían a traves de su movil y mi opinión, aquello pasó entonces a ser una quedada de dos, tres, cuatro o los interlocutores que fuera y fueramos, me sentía ya como fuera de juego y de lugar. Ganas me dieron de sacar mi teléfono móvil y twittear, o meterme al Tuenti para ver letritas verdes, o Facebook y ver menciones y fotos graciosas, muchos saben (y sufren, por que no decirlo) la frecuencia con la que escribo pero aquel rato por mucho que quisiera no era para ello, era para la persona a la que dedique mi tiempo.

Quien esto escribe no se considera ejemplo de muchos sino más bien todo lo contrario, aunque quisiera con esta desordenada entrada de blog exponer algo que llevo observando desde cierto tiempo y cada dia sucede más, la gente abusa mucho del "te quiero mucho", "te adoro", "te echo mucho de menos", "te amo" y demás retahíla similar. No voy a separarme de todo ello pues como la gran mayoría de los habitantes del planeta Tierra también tengo sentimientos y de vez en cuando los expreso. No soy un virtuoso hablando, afirmo que no he dicho nunca que yo recuerde a mis padres un "Te quiero" y no por ello les quiero menos a nadie de este mundo, salvo que esté en el lecho de muerte a punto de estirar la pata y criar malvas o alguna situación así me parece que no lo diré, y no es que yo tenga un poso interior pétreo y frío como el hielo, sino que les demuestro mi amor hacia ellos cada día, no hace falta expresar con palabras lo que los gestos hacen.

En un mundo tan conectado y globalizado en el que tenemos redes sociales, ordenadores personales y distintos métodos para entablar contactyo con la gente que puede que esté en la otra parte del mundo, y bien sea por trabajo u ocio, nos pasamos gran cantidad de tiempo escribiendo, mensajes, twits, emails, telefonía móvil... hace que seamos casi casi pequeños escritores, artistas del género epistolar o del mensaje corto.
Yo, como muchas otras personas soy un asiduo a las redes sociales y a esto de enviar mensajes de texto, me gusta tanto enviar como recibir, quieras o no, a uno le hace sentir cierta cercanía con amigos, aunque sea a través de una pequeña pantalla pero antes que un intercambio de escritos prefiero una colleja de bromeo.
No somos muy conscientes a veces ya de ese pequeño gesto que hacemos al estar con gente de sacar el móvil y enredar, tanto que a veces no disfrutamos de las situaciones, quedadas, citas, encuentros fortuitos que tenemos a diario o de vez en cuando y al separarnos como que nos quedamos con ganas y volvemos a ello, a los clic, clic, clic.
A veces tan solo para disfrutar de los pequeños momentos tan solo hay que darle al clic del movil en el boton de "silencio" o de "apagar" y mira que soy una persona ocupada y me llaman muchas veces al día pero oye, apago el movil y de repente oigo lo que me dicen.