MADNESS IN MY MIND

MADNESS IN MY MIND
by Joseph Epitie

miércoles, 17 de febrero de 2016

Mi abismo favorito

Siempre suele pasar, cuando alguien se va deja un vacío que es casi imposible de llenar, por lo que a veces buscamos desesperadamente la forma de hacerlo, bien sea buscando un sustituto o cosas que nos hagan olvidar que en algún momento hubo algo lleno y que ahora es un abismo al cual no queremos mirar por temor a caer de nuevo.
Los fantasmas se suelen acumular, al principio en forma de cosas, personas, olores...todo, prácticamente la vida nos recuerda ese pasado que en un momento se nos antojó mejor, más placentero y reconfortante porque si, en esos momentos uno siente que nada puede ir mal e incluso en los malos ratos...todo mejorará, lo hacía siempre, ¿Por qué no iba a ser esa una de esas múltiples veces de ratitos malos?
¿Conocéis el ruido que hace un espejo al romperse contra el suelo? Ese sonido tan agudo, a veces estremecedor y que si no lo vemos venir incluso nos eriza el vello. Así es el instante en que nos vemos solos, si pudiera darle un sonido sería ese...o el de una punzada que tan bien expresan en las series manga, e incluso ahora, casi puedo incluso sentirlo si cierro los ojos. Parece que la vida se para, el corazón incluso bombea más fuerte pero lento a la vez, a la par que nuestro otrora vital ánimo lento y pesadamente se dirige hacia el bosque de la oscuridad mirando hacia la más absoluta oscuridad, esa en la que se está convirtiendo el alma.

Andar en la oscuridad conlleva muchos peligros, si ya lo hace simplemente estando en nuestras casas que en teoría conocemos y nos golpeamos por la madrugada, que no ocurriría en un bosque desconocido y acechante en medio de la más negra de las noches...Vivir ese desánimo y desapego por lo que nos rodea genera una espiral dolorosa muy difícil de salir.  Sin más herramientas que los sentidos, en un bosque tan solo podríamos esperar a que los primeros rayos del amanecer comiencen a iluminar nuestro camino.
El vacío dejado por una persona nos hace caer una y otra vez en una espiral de desazón y malestar del cual para salir hemos de saltar violentamente hacia otra dirección que no sea ese círculo infinito porque es física, la fuerza centrífuga nos tirará hacia fuera pero al estar atados a ese abismo y mirarlo una y otra vez anulamos esta fuerza, con lo cual nos queda la centrípeta que nos tirará constantemente hacia el interiór, eso añadido a la velocidad constante de dar vueltas y más vueltas en ese círculo infernal que al entrar más y más hondo aumenta vertiginosamente terminando por hundirnos, quizás de forma definitiva. Y si hay algo que jamás miente, son los números, las cifras, la Física.
Por ello estemos en un bosque a oscuras o cayendo en un abismo hemos de buscar ese faro externo que nos ilumine, ese gancho que nos arranque de la espiral...muchas veces la vemos en las pequeñas estrellas del día a día...hace poco mi querida madre me dijo que la felicidad esta en las pequeñas cosas de cada día, ella en ese momento la encontró en la caricia de un pequeño y alegre bebé. Quizás sea cierto porque ahora recordando esa escena aún me estremezco de emoción al verla sonreír a la pequeña bebe.
No se exáctamente desde dónde estoy expresando estas palabras, pero si miro a mi alrededor se que me ha tocado un bosque un tanto angosto, lúgubre y hostil en el que vivir...salir no se, gritar tampoco por lo que me toca convivir en el, no se por cuanto tiempo porque hay días en que las fuerzas no acompañan, tan solo dan ganas de tumbarse y...se ven las estrellas...disfrutare de ellas, aun en la noche más oscura y en la soledad más absoluta, en un lugar estrellado no se porqué, me siento acompañado y no tengo miedo.