MADNESS IN MY MIND

MADNESS IN MY MIND
by Joseph Epitie

sábado, 14 de abril de 2012

Mi chat favorito. " - Tqm! - No me quieras tanto."

Como suele ocurrir con estas cosas, la vida te suelle llevar por derroteros distintos a los que compartías con amigos, familiares y demás, para no merder el contacto con ellos y saber sobre su vida te comunicas con ellos de vez en cuando.

El caso es que una temporada atrás intercambiaba mensajes vía internet, móvil... llamadlo como queráis. El caso es que era -y es, porque aún no se ha muerto digo yo, le escribiré luego para cerciorarlo- una persona por la que sentía cierto aprecio y hacía muchas fechas que no coincidíamos. No soy un prodigio en el género epistolar pero en mis correos siempre había una despedia con un "espero nos veamos pronto", "se te echa en falta", "abrazos enormes" y distintas muestras de respeto, admiracion y cariño a los que al abrir yo mi correo electrónico, móvil o llamadlo como queráis, tenía mensajes del mismo estlo y siempre aparecían los entrañables y graciosos "smiles" o emoticonos reforzando los sentimientos mutuos.
La ansiada cita, quedada llegó, como no soy persona de lugares cerrados preferí escoger el aire libre, en el que el espacio a descubrir no está limitado a una mesa, murmullo y una humeante consumición. Para qué voy a engañaros, los reencuentros después de un porrón de tiempo son intensos, alegres, emotivos, cómplices... Tras un efusivo saludo tocó hablar de como habían trascurrido nuestras vidas sin tanto tiempo juntos, sin estar sentados en un banco al lado del otro riéndonos de nosotros mismos y de los problemas. La gran fluidez y verborrea desprendida por el primer contacto dió paso a un relajamiento e intercambio agradable de conversación en que las risas y las exclamaciones fueron la tónica dominante, fue entonces cuando me percaté de algo que al principio no le di importancia alguna pero a medida que fue acentuándose se hizo más y más evidente. Ese "tilin-tilin" que sonaba de su móvil y que respondía rara vez, se disculpabla amablemente, contestaba rápido, guardaba el aparato y al poco rato volvía ese "tilin-tilin", volvía a cogerlo y se repetía esto, cada vez fue mas frecuente el sonido del movil, pero no cogía tanto, yo pensé para mis adentros (cógelo que te vas a morir de ganas de darle al bicho...) y cada vez las conversaciones fueron mas interrumpidas, mas cortas hasta el punto que sin ningun reparo tomó ya con ganas el dichoso móvil y entabló conversación/es , y las tímidas sonrisas dieron lugar a carcajadas y a comentarme lo que le decían a traves de su movil y mi opinión, aquello pasó entonces a ser una quedada de dos, tres, cuatro o los interlocutores que fuera y fueramos, me sentía ya como fuera de juego y de lugar. Ganas me dieron de sacar mi teléfono móvil y twittear, o meterme al Tuenti para ver letritas verdes, o Facebook y ver menciones y fotos graciosas, muchos saben (y sufren, por que no decirlo) la frecuencia con la que escribo pero aquel rato por mucho que quisiera no era para ello, era para la persona a la que dedique mi tiempo.

Quien esto escribe no se considera ejemplo de muchos sino más bien todo lo contrario, aunque quisiera con esta desordenada entrada de blog exponer algo que llevo observando desde cierto tiempo y cada dia sucede más, la gente abusa mucho del "te quiero mucho", "te adoro", "te echo mucho de menos", "te amo" y demás retahíla similar. No voy a separarme de todo ello pues como la gran mayoría de los habitantes del planeta Tierra también tengo sentimientos y de vez en cuando los expreso. No soy un virtuoso hablando, afirmo que no he dicho nunca que yo recuerde a mis padres un "Te quiero" y no por ello les quiero menos a nadie de este mundo, salvo que esté en el lecho de muerte a punto de estirar la pata y criar malvas o alguna situación así me parece que no lo diré, y no es que yo tenga un poso interior pétreo y frío como el hielo, sino que les demuestro mi amor hacia ellos cada día, no hace falta expresar con palabras lo que los gestos hacen.

En un mundo tan conectado y globalizado en el que tenemos redes sociales, ordenadores personales y distintos métodos para entablar contactyo con la gente que puede que esté en la otra parte del mundo, y bien sea por trabajo u ocio, nos pasamos gran cantidad de tiempo escribiendo, mensajes, twits, emails, telefonía móvil... hace que seamos casi casi pequeños escritores, artistas del género epistolar o del mensaje corto.
Yo, como muchas otras personas soy un asiduo a las redes sociales y a esto de enviar mensajes de texto, me gusta tanto enviar como recibir, quieras o no, a uno le hace sentir cierta cercanía con amigos, aunque sea a través de una pequeña pantalla pero antes que un intercambio de escritos prefiero una colleja de bromeo.
No somos muy conscientes a veces ya de ese pequeño gesto que hacemos al estar con gente de sacar el móvil y enredar, tanto que a veces no disfrutamos de las situaciones, quedadas, citas, encuentros fortuitos que tenemos a diario o de vez en cuando y al separarnos como que nos quedamos con ganas y volvemos a ello, a los clic, clic, clic.
A veces tan solo para disfrutar de los pequeños momentos tan solo hay que darle al clic del movil en el boton de "silencio" o de "apagar" y mira que soy una persona ocupada y me llaman muchas veces al día pero oye, apago el movil y de repente oigo lo que me dicen.

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